A los visuales
señalados en la columna de ayer, representados permanentemente el Museo de
Ciudad Bolívar en la casa del Correo del Orinoco, le siguen en la sala seis, Alejandro
Otero, Alirio Rodríguez, Carlos González Bogen, Régulo Pérez (nativos de
Bolívar como Soto), Armando Barrios, Oswaldo Vigas, Braulio Salazar, Perán
Erminy, Mateo Manaure, Francisco Hung, Aglays Olivero, Rafael Pérez, José
Campos Biscardi, Max Pedemonte, Raúl Sánchez, Teresa Casanova y otros con los
que se hace un intento por resumir el arte venezolano desde 1942.
En el
Zaguán que da a la calle Carabobo (el Museo está ubicado entre la calle
Carabobo y el Paseo Orinoco) se exhibe una muestra de pintores primitivos. En el
umbral, dos petroglifos rescatados del lecho del Lago de la Represa de Gurí en la entrada; las obras de
Miguel von Dangel “Uverio-Santa Cruz del
Orinoco”y “Parman-los Guires,” que
son pinturas acrílicas escarchadas sobre papel cartografiado. También como algo
sorprendente es posible ver un supuesto retrato de Francisco de Miranda,
marfil, hecho por un pintor inglés: John
Filens (1817-1867), porque , además de los pintores nacionales, puesto que la
esencia del museo es “cien años de
pintura venezolana”, ha habido que habilitar espacio para pintores
extranjeros que han tenido la generosidad de donarle obras a la institución. De
suerte que el Museo dispone de una buena colección de obras de artistas
extranjeros, donde sobresalen los de italianos por su mayor contribución.
Efectivamente,
los pintores italianos están representados en el Museo de Ciudad Bolívar con el
mayor número de obras. Más de 70, de diferentes técnicas, desde el acrílico a
la acuarela, pasando por la técnica mixta, el collage, el dibujo y la
serigrafía.
Nueve de
estas obras fueron realizadas expresamente como homenaje a Simón Bolívar y a
Venezuela por Gloria Persiani, Mario Bizarri, Alba Savoy, Anna María Vencheri,
Aldo Mengolini, Carlos Bevilacqua, Vicenzo Gigli, María Laura Piccinello y el
japonés residente en Roma, Takara Noya.
Aparte de
la colección de obras italianas, el patrimonio del Museo estimado en más de 900
obras, incluye las de los siguientes maestros igualmente extranjeros: Carlos
Enríquez (Cuba 1901-1957), Baltasar Lobo (España 1910-1993), Rufino Tamayo
(México), Edgar Negret (Colombia), Bruno Vernier, Pérez Celis, Horacio Blas
Maza y Liliana Porter (Argentina), Jorge Eilson y Joaquín Roca Rey (Perú), Ada
Balcácer (República Dominicana), Duncan (Inglaterra), Felipe de Vallejo (España),
Lourdes Castro (Portugal) y dos pinturas del disidente ruso Eugenio Rujín,
muerto en 1974, las únicas de un pintor ruso que se encuentran en Venezuela y
las cuales fueron donadas respectivamente, por la Embajada de Venezuela en
Rusia y Carlos Maldonado Bourgoin
Además de
este patrimonio de artes visuales debemos destacar que el inmueble construido a
comienzos del siglo diecinueve a las faldas del cerro El Vigía que contienen
las aguas del Orinoco, es de por sí, una obra de valor arquitectónico que se agrega al tesoro histórico-artístico
que exhibe y resguarda.
Luego de
ser inaugurado el Museo el 20 de noviembre de 1973, la Junta directiva de la Asociación Amigos
de Guayana se propuso pasar de la fase contemplativa de las obras expuestas en sus seis salas a la
cultura activa.
La cultura
es un acto reflexivo de donde se origina el lenguaje esencial y tal es el
propósito de la creatividad en todas las
manifestaciones del arte y de las
letras. Sin embargo, un Museo no puede
limitarse sólo a acumular obras de arte para mostrarla al público como sistema
de un proceso estético, sino también a promover, a fomentar, a educar, a formar
e investigar y ese camino se trazó desde
el primer momento el Museo de Ciudad Bolívar.
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