Creación Museo de la Prensa (13)
Por Decreto númCreación Museo de la Prensa (13)ero 1185 del 25 de agosto de 1981, el Presidente de la República, doctor Luis Herrera Campíns, dispuso la creación del Museo Nacional de la Prensa, con sede en Ciudad bolívar, “el cual servirá del núcleo de promoción y difusión cultural dentro de modernos criterios dinámicos, creativos y pedagógicos.
El
mismo Decreto designa un equipo de trabajo ad-honorem, integrado por los
ciudadanos Ramón Castro Mata, quien lo presidirá; José Guzmán Gómez, Eduardo
Jahn M, Américo Fernández, Alcides Sánchez Negrón, Elías Inatti, Leopoldo
Villalobos y María Plaza Conde, que tendrá a su cargo la organización y puesta
en funcionamiento del Museo.
A
los efectos, se designó como asesor a Rafael Pineda y se encargó de la
ejecución del Decreto a los Ministros de Relaciones Interiores, Educación,
Desarrollo Urbano, Información y Turismo y Secretaría de la Presidencia.
El
Museo, tal como lo dispuso la Junta
Protectora y Conservadora del Patrimonio Histórico y
Artístico de la Nación,
debía funcionar en la Casa
del Correo del Orinoco, una vez que el Museo de Arte de Ciudad Bolívar fuera reubicado en la Casa de las Doce Ventanas.
Oficialmente
primero se habló de un Museo del Periodismo y luego del Museo Nacional de la Prensa. ¿Cuál la diferencia? Un Museo del Periodismo se entiende como un
centro donde sólo estarían los periódicos que han hecho la historia del
periodismo venezolano, desde la
Gaceta de Caracas hasta nuestros días. Y un Museo Nacional de la Prensa, donde sólo estarían
las máquinas de impresión. Esto hablando
de forma literal, porque en sentido figurado, la prensa viene siendo también el
conjunto de las publicaciones periódicas, especialmente los diarios.
Vista
la consideración anterior, se entendía que el Museo Nacional de la Prensa que acaba de ser
decretado debía abarcar desde el punto de vista histórico y didáctico, ambos
aspectos, es decir, el periodístico y el de la prensa o sistema de impresión.
Podía
un museo Nacional de la Prensa
funcionar en la casa del Correo del Orinoco.
El doctor Mauro Páez Pumar lo previno:
“El inmueble no tiene capacidad para un gran museo, razón por lo cual
deberá limitarse a que funciones en él un Museo de la Prensa Independiente,
destacándose especialmente los impresos ejecutados en la famosa máquina
Washington donde se imprimió el Correo del Orinoco”.
Así
en principio fue acordada por la comisión organizadora del Museo. Comenzó a trabajar sin dispersar esfuerzos y
con vista al 24 de julio de 1983, bicentenario del natalicio del Libertador,
para consolidar la parte del Museo correspondiente a la Prensa Heroica para lo cual era
necesario la desocupación de la casa del Correo del Orinoco por parte del Museo
de Arte Ciudad Bolívar y en segundo lugar disponer lo concerniente a la obtención
del material y equipo de la Prensa Heroica
como las prensas donde se editaron la
Gazeta de Caracas y el Correo del Orinoco. Las colecciones originales de ambos
semanarios. Asimismo los decretos y
demás papeles publicados por el gobierno
Supremo en Angostura.
Por
solicitud de la delegación de Bolívar, la IV Convención
Nacional del Colegio Nacional de Periodistas acordó expresar al Ejecutivo
Nacional su satisfacción por el Decreto 1185 que crea el Museo Nacional de la Prensa y darle apoyo al
trabajo que en Ciudad Bolívar había iniciado la Comisión organizadora y
autorizar a la Junta Directiva
Nacional para que cristalizara dicho apoyo orientando al equipo de trabajo
mediante la realización de un Foro sobre lo que debe ser dicho Museo y al mismo
tiempo recabar de las Escuelas de Periodismo y otras instituciones públicas y
privadas, el material y asesoría dables como aporte para consolidación del
Museo Nacional de la Prensa que paso a ser letra muerta por falta de voluntad de gobiernos sucesivos.
El principio de la "continuidad administrativa" que esgrimió el TSJ para dar pie al Gobierno actual, debería imponerse nacionalmente para acabar de una vez con el inveterado vkicio de no continuar las obras dejadas inconclusas por gobiernos anteriores.
El principio de la "continuidad administrativa" que esgrimió el TSJ para dar pie al Gobierno actual, debería imponerse nacionalmente para acabar de una vez con el inveterado vkicio de no continuar las obras dejadas inconclusas por gobiernos anteriores.
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