sábado, 16 de febrero de 2013

Origen de la Casa del Correo (3)




La casa hoy amenazada por el deterioro, donde se imprimió el Correo del Orinoco, en la calla La Muralla, actual Paseo Orinoco haciendo esquina con la Carabobo, perteneció al canario José Luis Cornieles, al igual que la Casa del Morichal de San Isidro, por herencia de su esposa María Josefa, hija de Rafael Velez, su dueño original.
La hacienda o finca del Morichal de San Isidro la fomentó Rafael Vélez en tiempos del Gobernador Manuel Centurión (1766-1777) y contaba con una capilla donde se veneraba la imagen de San Isidro, una pulpería, trapiche, siembra de caña dulce y otros renglones agrícolas. La Hacienda se extendía por el Sur hacia la Mesa de Angostura, arropaba la enorme laja blanca hasta el Cerro El Zamuro por el Oeste encerrado dentro de sus confines El Trabuco, Callejón de los aparecidos rozando la Laguna El Porvenir y abriendo por el Este hacia Ojo de Agua, hoy Fuente La Fortuna.
            Rafael Vélez tenía dos hermanos: Agustín que lo ayudaba en las faenas de la hacienda y Francisco que trabajaba como Escribano Público. Años después se incorporó como administrador de la hacienda el canario José Luis Cornieles, quien se enamoró y contrajo matrimonio con María Josefa, hija de Rafael Vélez y de cuya unión nacieron varias hijas muy bellas que impresionaron al Libertador cuando viajaron de Trinidad a Angostura en 1817 a reclamar su hacienda que había sido expropiada por los Tribunales de Secuestros creados por el Gobierno Supremo.
            La familia Cornieles, a raíz del Sitio de Angostura se había refugiado en la isla vecina de Trinidad y regresó tan pronto el Libertador dio garantías de seguridad a los hispanos o descendientes de hispanos radicados en Angostura dispuestos a prestar servicios a la causa de los patriotas. José Luis Cornieles, unos de esos servidores, llegó a ser Alcalde Provincial y no sólo dispuso la Casa de San Isidro para que allí residiera el Libertador, sino que facilitó el inmueble en calle La Muralla para establecer el taller tipográfico donde se editó el Correo del Orinoco bajo la gerencia del tipógrafo irlandés Andrés Roderick, el operador Tomás Taverner y los guayaneses aprendices de las artes gráficas Juan José Pérez y José Santos.
La prensa de tipos sueltos trabajaba con fuentes long primer y small pica, con sus respectivas itálicas y letras blancas para títulos y epígrafes. El impresor, Andrés Roderick, devengaba 50 pesos mensuales desde el 15 de octubre de 1817 que se instaló la prensa en la casa propiedad de José Luis Cornieles. 
            La suscripción del Correo del Orinoco costaba mensualmente un peso para los habitantes de Angostura. La gente del interior debía suscribirse por el lapso mínimo de tres meses y pagar treinta reales. Se contaba con posta para la circulación del periódico en lugares distantes.
            Las suscripciones fueron abiertas en la casa sede a  la Capitanía de Puerto y los comerciantes y personas interesadas en publicar Avisos en el Correo, debían remitirlo a más tardar la víspera de la edición, es decir, el viernes puesto que la Gazeta salía periódicamente el día sábado. La oficina de recepción de Avisos funcionaba en el propio taller del periódico.
            El premier comerciante en publicar un aviso por el Correo del Orinoco fue el señor Falconer, un sillero que tenía su taller en el sótano de la casa del Almirantazgo. El aviso decía textualmente: “El Ciudadano Falconer, Sillero, que vive baxo el Almirantazgo, desea encontrar para comprar una cantidad de SERDA. Se pagará a buen precio la de buena calidad. Angostura Junio 27 de 1818”.
            Andrés Roderick, impresor del gobierno Supremo, redobló su trabajo con el Correo del Orinoco, pues anteriormente se limitaba a imprimir Boletines, Bandos, Membretes, Decretos, Ordenanzas, Leyes, Resoluciones  y otros impresos.
             

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