jueves, 24 de enero de 2013

La incumplida promesa de Sergio Hernández


Ciudadano de Angostura, un movimiento que suele reunirse en el Museo Soto o en el Hotel La Cumbre, para discutir los problemas que afectan el crecimiento de la ciudad, por intermedio de Arturo Briceño, se dirigió personalmente a la Gobernación para plantearle el estado de deterioro que presenta un Monumento Público Nacional como lo es la Casa del Correo del Orinoco donde además del taller tipográfico del Gobierno Supremo de la Independencia, se exhibe cien años de pintura venezolana y un poco de arte de otro países así como reliquias cerámicas de la cultura precolombina.
            Muy atentamente, según tengo entendido, le habría atendido el Secretario de Servicios Generales del Ejecutivo Regional, señor Sergio Hernández, funcionario natural de Barinas radicado en la Zona del Hierro que compitió por la Alcaldía de Heres con el actual Víctor Fuenmayor.
            Sergio habría ganado dado el respaldo económico y logístico que tuvo del Gobierno del cual era miembro si no es por lo desarraigado que está de la ciudad que aspiraba administrar y por desconocimiento de su idiosincrasia y de sus valores culturales que realzan su identidad.
            Ese desconocimiento quedó evidenciado a comienzos de abril de 2009 cuando atendiendo la invitación de Ciudadano de Angostura, visitó la Casa del Correo del Orinoco para constatar personalmente en sitio y por boca de la Asociación Amigos de Guayana, lo que realmente estaba ocurriendo con el histórico inmueble.
            Sergio quería hacer algo por la casa, cualquier cosa, como lo manifestó, pero había que mostrarle los documentos de propiedad o al menos el convenio de comodato que beneficiaba a la Asociación Amigos de Guayana como custodio del inmueble y su utilización para la exhibición del arte venezolano.
            Eso, obviamente, no sucedió ni podía suceder en 1960 cuando el Ministerio Obras Públicas intervino en la restauración de la Casa ni en 1994 cuando el Gobierno Regional la volvió a refaccionar.  Esto ocurría asombrosamente ahora y todavía no logramos explicarnos por qué para reparar los daños que presenta la casa por causa del uso y otros factores naturales y delincuenciales, hay que presentar esos papeles que tiene que tener bien guardados y asegurados el Gobierno o el Estado venezolano.  Y como yo le dije personalmente recibiendo la advertencia de su edad y de mi edad, que tendría alguien que desconocer la historia patria para ignorar tan crasamente que ese inmueble es Patrimonio Cultural de la Nación, que  está protegido por una Ley Nacional y varios decretos del Gobierno central que ningún funcionario público debe desconocer a menos que sea ajeno al sentimiento patrio.
            Bueno, al final Sergio, a nombre del eñor Gobernador, prometió, además de sus ganas y entusiasmo, la intervención inmediata. Lo repetimos, el señor Sergio Hernández, Secretario de Servicios Generales del Ejecutivo Regional,  se comprometió a decidir de inmediato la refacción de la Casa del Correo del Orinoco ¿Cuánto tiempo ha pasado de esa promesa que no termina de cumplirse?  El Museo continúa cerrado y las obras deteriorándose por el calor, la humedad y las defecaciones de los murciélagos.
Acompañado de su asesor Neptalí Hurtado y funcionarios del IPC contrajo el compromiso ante Américo Fernández, Ariel Jiménez, Lourdes Maestracci, Arturo Briceño y José Rivas Gutiérrez, todos reunidos en la mañana de abril en el propio museo.
El inmueble inventariado por el Instituto de Protección Cultural dependiente de la Presidencia de la República fue entregado para su custodia a la Asociación Amigos de Guayana en 1970 con el fin de que se convirtiera en un museo de la pintura venezolana del siglo veinte al mismo tiempo que asiento y exhibición permanente de la prensa donde se editó el Correo del Orinoco fundado por el Libertador en 1818. Pero virtualmente el Gobierno Regional lo desconoce.
           

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